Constantemente la gente me pregunta cómo es que logro irme a tantos lugares; aunque debo decir que comparada con muchos otros, mi lista de sitios visitados no es tan asombrosa como se piensa. Y sí, hasta yo me sorprendo a veces de lo desarraigada que estoy de mi hogar que, a la menor provocación, agarro maletas y tomo el primer medio de transporte que se me atraviese.
Sin embargo, dicho síndrome que definí en mi entrada anterior del blog, no es otra cosa sino el resultado de un agudizado talento para usar Google, sí, el famoso buscador de Internet. Basta con sumergirse en la red para encontrar la oportunidad perfecta, aunque en esta ocasión dejaré por aquí enlaces a sitios dedicados a ofrecer programas de voluntariado en infinidad de países alrededor del mundo:
www.vimex.org.mx
www.aiesec.org.mx
www.vivemexico.org
www.natate.org
www.siijuve.org
La lista podría continuar, y debo decir que mis primeros viajes fuera de mi rancho fueron gracias al apoyo de mi universidad, por lo que si hay algún León Negro de la U de G leyendo esto, diríjase inmediatamente a la página de cgci.udg.mx y rece porque su promedio esté por arriba del mínimo requerido. (Para mayor información, consulte mis pseudo-tutoriales en http://cusurperiodismo.blogspot.mx/search/label/Becas)
Por ahora es todo, en otra ocasión revelaré mis secretos para financiar dichos viajes (venta y tráfico de armas, secuestro, piratería, extorsión y lavado de dinero). Mientras tanto, pensemos si los motivos por los que queremos dar la vuelta al mundo, son en verdad los necesarios para motivar tan alocada aventura: