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La esperada noticia


Llueve en Guadalajara, es miércoles por la tarde y, a diferencia de mis compañeros de Periodismo, me encuentro aún disfrutando de mis vacaciones como estudiante. El volver la vista hacia el pasado es inevitable: leo las publicaciones de Pepe y Majo y la nostalgia hace su aparición, empero me siento contenta; a pesar de haber tomado caminos diferentes sé que cada uno de nosotros ha ido sembrando su propio destino y, en un mes exactamente, me hallaré completando una de las tantas metas que me propuse en pleno inicio de mi carrera: hacer un intercambio a España.


Apenas hoy, después de lo que me pareció una eternidad de tiempo, trámites, traslados, pagos y demás, mi visa de estudiante, y por consiguiente mi viaje, se han confirmado. Lo que estoy segura que no puedo prometer es escribir tanto de esta experiencia como quisiera, pero haré el intento por varios motivos: que Pepe y Majo puedan continuar las tradicionales tardes leyendo, comentando e incluso riendo a costa de lo expuesto en este blog; y más importante que medio plato de mole derramado sobre el teclado de su computadora es el hecho de que sé que escribir ciertos momentos importantes me permitirá, al volver, recordar mediante mis propias palabras lo vivido.


El hecho de que ya esté más para allá que para acá, debo decirlo, y probablemente me ría de ello después debido a mis nervios exagerados, me pareció una verdadera angustia: entre que no llegaba la carta de aceptación de la universidad, que el dictamen de la beca se retrasó, que los vuelos subían y bajaban de precio con verdadera arbitrariedad, que el trámite de la visa lo hice un poco tarde... Vaya que le agregué una buena dosis de estrés a mi cuerpo; ahora, sin embargo, me alegra sentirme más relajada, a sabiendas de que ese breve lapso de descanso será reemplazado de nuevo por las habituales preocupaciones de inicio de semestre. Por lo pronto aprovecho mis días restantes en México, sigo ahorrando, planeo los últimos detalles del viaje, organizo las despedidas y me encomiendo a cuanto santo esté disponible; sin más, inauguro oficialmente este blog en donde no prometo mucho pero que sé que no faltará quien sienta curiosidad por ver qué cosas sin sentido publico.

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